[Hay que ser fuertes. No importa en esta vida quienes somos, qué hacemos, a dónde vamos o como nos gustan los macarrones, si carbonara o boloñesa. Nada importa. Sólo importa si se es o no es fuerte, porque a veces el mundo no quiere que sigas adelante. No hablo de un huracán que no te quiere dejar volver a tu país, ni de que al Todopoderoso se le crucen los cables y levante a los muertos. No. Me refiero a decisiones que tenemos que tomar, o decisiones de otros que nos afectan y hacen que todo lo que conocíamos, el mundo en sí que nos rodeaba, se quede patas arriba sin saber qué coño está pasando. Cuando alguien toma una decisión que repercute en ti directamente, que no es una decisión altruista sobe si desayunar tostadas o galletas, sino un momento, un pensamiento que puede volver loco en un momento infinitesimal, sientes que algo se te deshace por dentro, que pierdes una parte de tu vida, y piensas que no se puede recuperar de ninguna manera, que está todo perdido. Piensas en arrojar la toalla, rendirte y que pase lo que tenga que pasar, como si te tiene que pasar un camión por encima, que a efectos, sería lo mismo.
Pero en esos momentos de perder toda esperanza, de pensar que nada lleva a nada y que el camino se acaba donde acabas de poner los pies, hay que mirar hacia delante con los ojos cerrados, sin pensar en qué me va a pasar si ando por un camino que no existe, y seguir adelante, y construir el camino hacia donde sea. Si caes, te vuelves a levantar, las veces que hagan falta. Y si te tienes que ir apoyando en dos trozos de arbol como si fuesen muletas, también lo haces. Y sigues caminando sin pausa, y cuando tropiezas, aprovehcas la carrera, que comoun sabio dijo, el que tropieza ya ha dado dos pasos. Y llegará un día en el que eches a volar, en el que levantes el vuelo de una vez, y dejes atrás todo lo que te haya hecho perder tu camino en la vida. Te elevarás como un fénix desde sus cenizas, y mirarás majestuoso hacia atrás, pensando en que cualquier tiempo vivido pudo ser mejor, pero todavía queda mucho más por vivir.
Hasta el momento en el que vuelvas a ser quien eras, o peor de lo que eras en mi caso, hay que ser muy fuertes, y no dejarte caer por los barrancos de la vida. Hay que doblarse en vez de partirse con los palos que te da la vida, para poder volverte a levantar cuando menos se lo espere, y no caer para siempre sin remedio.
Debemos saber en todo momento aguantar lo que se nos ponga por delante, sea para bien o para mal, tomar decisiones y elegir un camino auqnue haya que dejar atrás lo más querido, porque tú lo dejarás atrás ahora, pero a ti ya te habrán dejado hace mucho tiempo.
Somos qienes somos por lo que vivimos, por nuestros triunfos, nuestros errores, nuestras cagadas, y por las veces que pensamos que no pasa nada y lo estamos perdiendo todo sin darnos cuenta.
Al final, entre pitos y flautas, se nos va el vino en catas, y la casa sin barrer.
Hay que seguir adelante, amigos, pase lo que pase, que ya se encargará el tiempo de decir lo que será...
A veces, se necesitan cambios en la vida, de esos que te marcan para siempre, de esos que auqnue tengas que cambiar algo, no evita que puedas echarle un ojo al pasado, y dejar caer unas lagrimillas, y pensar en lo feliz que eras, en lo bonito que era todo, y en la mierda que es ahora.]
Amigos, durante esta estancia mía en la ciudad de Nueva York, estoy relatando unas breves crónicas de lo que viene siendo esto, que, por desgracia, transmitiré brevemente en diferido. Sin embargo, otros pensamientos ocupan mi cabeza a la vez que escribo estas palabras. Abro una nueva etapa, y esperemos que breve, de ñoñería y mariconismo a falta de películas y recursos para hacer críticas.
No quiero aburriros, sino utilizar este maravilloso blog como método de alivio, de confesión conmigo mismo a fin de sacarme cosas de la cabeza y de volver al mágico mundo del que un día, por cietos palos que te da la vida, tuve que abandonar para intentar volver y arreglar el mundo real y sus problemas, cosa que no resultó posible. Esperemos, digo otra vez, que esto no dure mucho y no tenga que aburriros más. Ya se verá.
[...Busco ante todo un confesor, un amigo que me escuche, y que por desgracia ahora no puede ser otro que yo mismo, o cualquiera que se aburra lo suficiente como para leer esto. Lamentablemente, sólo yo puedo entenderme, cosa que he llegado a saber a estas alturas, y no os creáis que es divertido, porque me plantea un debate moral y filosófico, ya que Hobbes dijo que el hombre era un lobo para el hombre, y yo digo que sólo el mismo hombre puede ser su mejor amigo. ¿Quién tiene razón, hijos de puta?
Volvamos a lo absurdo y fundamental, y no a la filosofía, que no es importante y no lleva a ningun sitio.No voy a contaros la historia de cómo he perdido a lo que más quería, pero sí que os digo que las he pasado muy putas. Pero que muy muy putas. Hasta con sífilis y cosas de esas. Ha sido casi un mes de ias y venidas de cabeza, altibajos, y mucho más, y no ha sido ni divertido ni fácil, y por eso escribo esto, básicamente, para no volverme jodidamente loco.
No voy a decir que todo se haya acabado injustamente, Jamás. La gente se cansa de mi, algo lógico, cosa que también he asumido con el tiempo y eso. Yo me canso de mi mismo muy a menudo, pero no me puedo mandar a la mierda ni suicidarme, que está mal visto y me llevaría al infierno. Una pena que me tengáis que aguantar un poco más. Lo dicho; que raro era que después de casi 3 años (Alaaa!) no se hubiese cansado de mi. No la culpo. No culpo a nadie, salvo a mi mismo. Pero soy asi. Se me va la cabeza, no se puede hacer otra cosa. La culpa fue mía. Así es la vida.
Y diciendo que el imbécil que ha perdido el comodín del cincuenta por ciento he sido yo, tampoco quiero deciros que sea todo tan sencillo. Me siento como un huracán en un plato de natillas, que no se muy bien qué significa, pero una vez alguien lo escribió, me pareció interesante, y lo tenía que colar. Pero más o menos así estoy, deseando estallar, pero incapaz de hacerlo. He estado jodido y a punto de hacer alguna que otra locura y no en el buen sentido de la palabra.
En varios momentos he estado a punto de perder la cabeza, preguntándome el por qué de la vida, si merecía todo la pena verdaderamente. Y sí, merece la pena. Merece la pena estar hundido en la miseria, sepultado en tu propia mieda, y ahogado en tu propio vómito. Claro que merece la pena. Todo merece la pena por el amor. Es la magia que tiene. Aunque el futuro sea, cuanto menos, complicado...]
Historias como esta comienzan un día cualquiera después de selectividad, con la gente bufando y dando patadas en el suelo como un toro antes de embestir. Concretamente esta, comienza un día 18 de junio a las 4 de la mañana en un autobús, y, como era de esperar, empieza con retraso, demos gracias a AENA.
A cosa de las 7 u 8, sabe Dios, subidos en un avión en el que reina la calma, encontramos a nuestros protagonistas acompañados del señor Coca, denominado así por su triunfante entrada/salida del baño.
FLASHBACK
-Ten cuidado, no sea que te salga una cuca de por ahí del lavabo
-¿Cuca?¿COCA?¿COQUI-COQUI-Gritos y desvaríos varios e irreproducibles seguidos de una risa maléfica?
Cabe destacar que nuestro amigo cayó rendido sin haber siquiera montado en el avión casi. Llegamos allí a Roma, ciudad de ladrones, tramposos y traidores, con toda la tardanza del mundo, y nos decidimos a ir al hotel/residencia, lo que fuese. Cuando, tras la imposible división de la masa que éramos en grupos inconcebibles para las habitaciones, quedamos 4 renegados de los 7 hombres que éramos, nos decidimos a marchar a nuestros aposentos, mayor fue la sorpresa. Seguía yo la estela de nuestra venerada empleada del hotel, tras dos pisos, un largo pasillo, otro que giraba, unas escaleras que bajaban, unas escaleras que subían, un pasillo oculto tras una maraña de arbustos y unas escaleras que volvían a bajar, llegué mal y precipitadamente a la conclusión de que nos habíamos perdido, pero no, estábamos en nuestra habitación. Situada en un recinto totalmente separado del resto, con una cancela propia que daba al exterior del hotel, es decir, a la puta calle, con buenas vistas, amueblada, dos habitaciones y un baño. Por un momento llegué a pensar que la llave estaría escondida en una caverna a la que tendría que bajar con la luz de una antorcha y elegir entre dos puertas, teniendo una de ellas un león.
Y allí estábamos, los 4 jinetes del Apocalipsis, los caballeros de la discordia, encerrados en una habitación con nuestros queridos vecinos incapaces de bajar una puta maleta sin arrastrarla por las escaleras y despertar a todo el mundo posible a las 5 de la mañana. Evidentemente, lo primero que hicimos con perversión y decadencia, fue coger municiones: unas cervecillas para echar la noche, tarde, étc.
No olvidemos que Roma, con su historia y cultura, es un lugar precioso, bonito, y todas esas cosas. El Coliseo estaba cojonudo para tener una excusa y levantar el brazo sin que nadie te dijese nada. Digo yo.
Eso sí, decían los sabios que todos los caminos llevan a Roma, pero lo que no sabían es que todos los caminos que llevan a Roma acaban en los Museos Capitolinos. Tres bodas vimos las tres veces que pasamos, y a la tercera, alguien dijo: “su puta madre, ya podría tocarnos un funeral”, y así fue en las catacumbas…
Sin embargo, en una de aquellas muchas visitas, nos perdimos, como debería ser habitual en un viaje al extranjero. Desde el museo a Víctor Manuel, llegamos allí, de alguna manera, po
siblemente a través de un agujero de gusano o similares. Volvimos escasos 15 minutos tarde, soportando el griterío de los alarmados profesores, pero…Valió la pena.
Centrémonos en la noche. No en una noche cualquiera en las praderas verdes romanas. No. En ESA noche, concretamente. Hasta entonces la destrucción había seguido senderos presuntamente dentro del equilibrio entre la humanidad y la decadencia. Ese día, hicimos la compra de nuestras vidas, con un frigorífico como el de Nicholas Cage en Leaving las Vegas, que decían por ahí.
Pero la vida es joven, y ese día prometía, por lo que decidimos hacer la fiesta padre aprovechando las 3 horas de autobús para dormir con motivo de la visita a Florencia. Salimos nocturnamente al Trastevere romano, o las dos calles llenas de bares, generalmente, gays.
Una copichuela en un garito currísimo, y un par de chupitos por ahí hasta que llegó el líder, el cappo, el boss, y nos llevó al peor sitio del mundo entero: San Calisto.
En efecto, un bar totalmente reventado, donde probamos la magia del Amaro italiano, el cual, en un primer momento, esa noche pareció lo más normal del mundo. Una delicia del nuevo mundo. Y ahí, empezó la decadencia.
Llegamos al hotel con un cocimiento respetable, y el demonio esperaba con los Doce Apóstoles entre las manos, impaciente por la que se nos venía encima. Como gotas de lluvia caían los litros de cerveza en el torrente sanguíneo, y así pasó, que las fotos resumen toda la noche.
Pero peor fue el viaje a Florencia, ya que no contábamos con que el autobús seria tan movidito, ni que tendríamos una resaca como la que llevábamos encima. Eso fueron tres horas luchando contra el propio cuerpo para no vomitar como aspersores…El fin.
Eso sí, Florencia es un sitio precioso, no nos engañemos.
Y el viaje lo podría terminar aquí perfectamente, porque la última noche, por desgracia, fue lamentable, así que, eso fue todo. Niños, tened cuidado con Roma, que es un lugar muy peligroso.
[...Somos un recuerdo nefasto en la memoria de un tiempo que implacablemente avanza sin piedad destruyendo todo lo humamente posible que encuentra a su paso, dejando olvidado en algún lugar a aquellos que algun vez quisieron ser alguien. Somos pisadas, huellas en la arena empeñadas en marcar su paso una y otra y otra vez tras ser borradas sin descanso por el mar. Somos los puntos en las íes que todo el mundo olvida poner; la coma innecesaria que abre una explicación gratuita de algo que todo el mundo sabe. Somos el pájaro que cantará en un momento del día y será despreciado por todos cuanto le oigan; pero también somos esa melodía alegre que te satisface, que te agrada al oírla, y sin embargo la olvidas al minuto siguiente. Somos el polvo que se levanta en la tormenta de arena para desaparecer en cuanto llega la calma y volver a reposar sin que a nadie le importe. Las voces calladas de la razón agarradas a un triste corazón que el mundo necesita callar, que nadie quiere oír, el que a nadie interesa.
Soy ese somos, ese fuimos y ese seremos. Soy el lamento por lo perdido e inevitable. Soy alguien agotado, un ente perdido por el mundo que necesita descansar de todo. Soy cenizas flotando sobre un fuego eterno.Soy un hombre rendido, pues un hombre sin palabras, sin nada que decir, no es más que un hombre que espera la muerte sentado. Soy un hombre derrotado por la vida, por las circunstancias, traicionado por sí mismo. Vida, me rindo. Tú ganas. Ahora dime lo que tengo que hacer para volver a empezar una nueva partida, para empezar de cero sin olvidar un sólo recuerdo, y que todo momento sea mejor, más bello que el anterior, y que no haya un instante que se pierda.
Vida. Respóndeme...]
Amigos, en momentos de alta inestabilidad mental y emocional como en el que en estos momentos me hayo, la vida no deja de ser un valle de risas y lágrimas, más lágrimas que otra cosa. Pero en estos momentos, no nos desviemos, se hacen cosas descabelladas, como raparse la cabeza, afeitarse una sola patilla o buscar desesperadamente salir de tu casa, buscando algo que te saque todo lo que tienes de la cabeza y te haga un agujero cerebral enorme.
Entre estas cosas mencionadas, otras de las muchas que he hecho, pues cabe mencionar ir al cine, sin saber muy bien que ver. Notable es que después de admitir que Green Lantern ES BUENA, y por lo tanto no digna de este sucio blog, sigo esperando a que El Origen del Planeta de los simios me "alegre" el día. Sin embargo, hoy me he aventurado a contemplar de nuevo la gran pantalla, sin saber muy bien que ver.
Allí estaba yo, acomodadores a mi izquierda, acomodadores a mi derecha, y sin poder elegir en condiciones. Entonces, dije BASTA, y me lancé cuan guerrero enfurecido a elegir película. He aquí los títulos de la cartelera: La víctima perfecta, Cars 2, Paul, Green Lantern, Templario, Los pingüínos del Señor Popper y Los Pitufos.
Descartando las ya visualizadas, las poco esperanzadoras y las carentes de argumento, quedaban ante mí los pingüínos y los pitufos. Neil Patrick Harris y Pitufos, o Jim Carrey rodeado de pingüínos.
Traicionando una vez más a mi persona y dando la espalda a mi amado Jim Carrey, y por razones de no ver solo una película otra vez, me aventuré a ver....
LOS PITUFOS (The Smurfs, 2011)
Bueno, debería comenzar mi crítica a semejante película con una breve reseña/arremetimiento contra el mundo pitufil. Estas criaturas viven en un bosque perdido de la mano de Dios, y residen en seta, de todo tipo y color. Imagínense. Se trata, además, de una sociedad cuasi-masónica con restricciones, ya que sólo viven en el poblado Papá Pitufo, el que maneja el cotarro, y 99 pitufos más. Es decir, son como los Trilocos, Viva La Gente, o los 88 samuráis aquellos de Kill Bill. Partiendo de este hecho, llegamos al punto de que es una sociedad altamente clasificada, despreciativa y feudal, pues el pitufo herrero lo será para toda la vida, y el pitufo torpe, alto protagonista de la peli, lo será también. Igualmente, se trata de un entorno tan cerrado y endogámico, cosa que no tolero, que sólo tienen UNA mujer para todo el pueblo: PITUFINA
Una guarra de cojones Pitufina!
Me atrevo, lanzando un triple más que atrevido, que estos seres son realmente los nibelungos, tan deseados por el señor Adolf Hitler, el cual envío numerosas expediciones a morir congelados buscando a estos bichos...Ay,Addie...sin saber que estaban en el bosque mágico...
Retomando la película, sin llegar a hablar del darwinismo social imperante en este lugar mágico, comienza la misma con la voz totalmente gay del pitufo narrador,que, creedme, se hace insoportable. Es como La Malagueña... pero en grave. Bueno, ¿alguna vez os he hablado de la película de los enanos? Pues esto es igual, a los cinco minutos sólo ves bichos azules diminutos corriendo de un lado para otro y comienzas a perder el juicio, poco a poco, cada minuto más.,..
Hasta que aparece Neil Patrick Harris, conocido como Barney Stinson, y ahora degradado hasta el extremo más humillante conocido por el ser humano
Primero nos sale gay, luego le va el bondage y le apalean los pitufos...Sólo falta que se confiese socialista
Luego, como toda película infantil, o como se llame esta desgracia, tenemos a la chica de Stinson. Esta:
Como véis, esta señora le acompaña en su alucinante aventura posiblemente influida por el LSD, sólo mirarle la cara. El señor Patrick repite a lo largo de la película si realmente los pitufos son reales o solamene producto de su enfermiza y drogada mente...así les va. Y encima trabaja en una empresa de cosméticos...
Por otra parte, tenemos al enemigo fundamental de los pitufos, que es totalmente vomitivo y primo-hermano del Vengador Tóxico, altamente venerado en este blog. Ello es debido al soberano asco que da a lo laro de la película.
El estilista no estaba libre cuando empezaron el rodaje..
Por otra parte, debido al copyright y a lo vago que soy, no puedo colar escenas, pero Pitufo Torpe repite como 7 veces seguidas que le gusta mucho el verde... Deducciones aparte: viven en un poblado de setas, les gusta el verde....Serán azules por algo...
Sin más, os dejo que hagáis lo que queráis con vuestro libre albedrío y vayáis o no a ver esto. Mal no está... pero como todas las que os digo. Tengo la esperanza de que alguien me ataque un día por la calle y me diga algo así como: !AAAGGHH¡ ¿POR QUÉ ME RECOMENDASTE EL VENGADOR TÓXICO?!!
Os dejo pues con la canción de los pitufos ultracargante y con un reegalito.
Una jota aragonesa,decían....LA MALAGUEÑA!!!!
Hasta la vista,turistas. Volveré con más noticias, o no.
Ale.
PD: Como diría la Golfa.nº1, seguir con el Frotamiento Arrítmico del Pene... (De dónde sacarán estas cosas la juventud...)