lunes, 26 de septiembre de 2011


            Sólo entonces fue cuando me vi obligado a luchar por lo que pensé, y hoy en día sigo pensando, que era justo, por lo que creía en realidad, por lo que era mío. Me vi solo frente a ella, y sentí que volvía a la vida. Sentía en ese momento todo lo que pude haber vivido tiempo atrás, que ahora estaba de nuevo dentro de mí. Mi corazón y mi cabeza se aliaron por una vez y se pusieron de acuerdo en que aquello era la decisión correcta, en que era lo que verdaderamente se tenía que hacer. Justicia, podríamos llamarlo. Puede que no fuese la mejor forma de decirlo, o la mejor acepción del término, pero créanme cuando les digo que era como tenía que ser. Tomar lo que era mío, lo que me pertenecía. Sí, puede que eso encajase más con aquella situación.
            Como ya les dije, fue entonces cuando la vi tan vulnerable, tan débil,…Tan dispuesta a que yo recuperara todo. Me levanté de la cama que habíamos compartido por última vez, donde cielo e infierno se habían unido para alcanzar la gloria, y habían estado presentes todos los placeres de la vida condensados en uno sólo. Nido y cuna de alegrías y encantos, y seducciones mortales que condenan a la locura a cualquier ser humano. Me levanté y me dirigí a la cocina para beber algo. Tanto placer pasa factura, y a uno le agota. Sin embargo, a través del vidrio del vaso, contemplé un cuchillo precioso. No era un cuchillo vulgar, no era un cuchillo de carnicero, ni para cortar jamón, capaz de hacer una masacre. No. Era una belleza, un puñal elegante. Lo contemplé mientras lo limpiaba y me vi reflejado en su hoja. Vi a mi mejor amigo en ese trozo de acero inoxidable, y supe que me iba a acompañar en este pequeño e intenso viaje. No me demoré más y volví con mi leal compañero hacia la pequeña habitación donde sobraba todo menos la cama. Regresé donde ella yacía y la contemplé durante un instante.
            Sus ojos cerrados y su cara reflejaban una pequeña chispa de alegría calmada, como una especie de sonrisa contenida se dibujaba en su boca, en sus labios. Aquellos labios que me quitaban la vida cuando sonreían y dibujaban pequeñas arrugas en su rostro. Verla así transmitía calma, transmitía paz, toda la paz del mundo. Contemplaba el aleteo de su nariz al respirar, sus pendientes que caían a los lados de su cara inertes, cómo su corazón palpitaba y hacía tambalearse sus pechos, bendición de los cielos, que retumbaban a cada latido. Era hermosa en su totalidad, era la mayor belleza que había conocido, pero tenía algo que me pertenecía, aunque no lo pudiese recuperar, pero algo se podría hacer.
            Cogí el cuchillo con delicadeza y dejé con suavidad que se deslizase hacia el interior de su pecho, directo a su corazón. Si ella me robó el mío hace tiempo, ya era hora de que yo tomara el suyo para recuperar un pedacito del mío, para tener algo con lo que amar, algo con lo que sentir que ya no tenía. Y si no, destruirlo directamente, acabar con él como ella acabó con el mío cuando se lo regalé, cuando ella no quiso necesitarme más. Cuando el cuchillo tocó fondo, un fino hilo de sangre resbaló por su desnudo pecho. Ella no gritó, sus ojos no se abrieron, ni cambió la relajada expresión de su rostro. No pareció que le doliese o que sufriera en algún momento. Era su justo merecido. Retiré el cuchillo y esta vez la sangre salió a borbotones, reflejando la ira, la furia contenida que había sentido pero que ahora me volvía a poseer. Un torrente desbordado por la locura, por las mentiras y por el amor perdido, por el corazón que me habían arrebatado. Me abalancé sobre su cuello por un impulso de rabia, y la degollé. De lado a lado hice volar el cuchillo por su garganta para no tener que volver a oír su voz, para que nunca más la tuviese que oír pronunciar mi nombre, para no tener que volver a perder la cabeza al oír la dulce melodía que emanaba de su garganta.
            Después de ello, cuando me conseguí calmar, llamé a la policía.  No quería verla ni un minuto más. Quería que se la llevaran, que se fuese lejos de mi por el daño que me había hecho. Dejé el cuchillo a su lado y me senté en el suelo a esperar.
            Llegó entonces el policía abriendo la puerta de una patada con su arma en la mano, gritando que todo el mundo se estuviese quieto. ¡Qué ignorante! Yo no tenía pensado ir a ninguna parte. Allí sentado esperando estaba bien. Se la tenían que llevar a ella, no a mí.
-¿Pero qué ha hecho usted? – Se aventuró a preguntarme el policía, vociferando. Horrorizado, entre lágrimas.
-La he matado, se lo merecía. – Dije, con la tranquilidad que había alcanzado en ese punto.
-¡Está usted loco! ¡Las manos arriba! – Gritó desesperado, intentando averiguar una historia que jamás entendería.-  ¿Por qué lo ha hecho, desgraciado?
-Porque era mía….




domingo, 25 de septiembre de 2011

Turkish Star Wars, el hombre que salvó a la costra.

[...Mira al cielo y dime qué ves. Levanta la cabeza y fija tu mirada en algún lugar por ahí arriba. Dime qué hay. ¿Qué puedes contemplar si miras todo lo que se supone que tendría que haber? ¿Qué queda? Nada. No queda nada. Más allá de la ceniza gris, de las nubes de polvo y radiación que cubren todo lo que nos rodea, no puedo ver nada. No queda nada que la lluvia ácida no se haya llevado por delante, nada que las bombas, los truenos y la mierda hayan destruido. Sólo quedamos tú y yo en este mundo, en este lugar rodeado de herrumbre, de polvo, escoria y miseria. No queda nada más que nosotros, nada que podamos ganar y nada que podamos perder. No queda nada del mundo que construimos, de la vida que inventamos, porque nosotros mismos nos empeñamos en destruirlo, en exterminar, erradicar y eliminar todo por lo que habíamos luchado, todo lo que habíamos levantado donde sólo había tierra y agua.
Pero es lo que nos ha tocado aguantar, y no nos queda otra. Tenemos que vivir en un mundo vacío, porque la muerte no nos dió la opción de poder acompañarla...]

Amigos, ya se que he estado ausente bastante tiempo. Circunstancias de la vida, uno no puede tener siempre lo que quiere, y por eso estaba un poco dejao. Tengo varias entradas a medio editar, pero no salían en condiciones para pudrid vuestros cerebros. Sin embargo, desde que el jueves fueron las novatadas, la fiesta más grande de la historia, y desde que rompí motor totalmente y me declaré muerto oficialmente, he tenido para pensar. Para pensar que meter en el blog, con qué película sorprenderos, y como no se me ha ocurrido nada mejor, os dejo con un gran clásico de la nueva vida:




STAR WARS TURCO: El hombre que salvó la tierra ( Dünyayi Kurtaran Adam , 1982)





Amigos, una vez veis películas como estas, vuestra vida no es la misma. Comenzáis a buscar el sentido de vuestra existencia en un manicomio, en un vaso de whisky barato, en las drogas, o lo que es peor, en más películas como estas. Obra maestra del cine turco, si es que se puede llamar así, tiene un argumento más o menos complejo.
Hay dos señores, no me preguntéis nombres, uno más joven y otro más viejo, presuntamente héroes nacionales en su país. Esta gente viaja a un pueblo, ciudad, lo que sea en algún planeta, posiblemente La Tierra, para combatir a peluches gigantes, soldados satánicos e infinidad de criaturas malformes, como momias que explotan.
¿ Tiene cara de héroe o no?

 
 ¿Me váis a negar su satanismo?

 
 Peluches malvados que devoran personas...tambien los hay que explotan

Luego está el malo malísimo, denominado El Mago, que tiene poderes sobrenaturales y cosas de esas que tampoco quedan muy claras. Este se pelea con la peña y por alguna razón totalmente desconocida, pretende volar por los aires el planeta en el que hay personas. Así de malos son los malos turcos.


 Temed al mago más maloso de la historia de Turquía...


En realiad esto no es una película, sino un largometraje plagado de plagios, copias baratas y efectos especiales soberbios. Véase, por ejemplo, todas las escenas copiadas de Star Wars original, tales como las inesperadas e inexplicables apariciones de Darth Vader a lo largo de la película, la banda sonora de Indiana Jones reconvertida en la banda sonora de esta aberración, y los magistrales efectos de la muerte del Mago. SPOILER, sí, y que?

Esto se convierte en una extraña serie de acontecimiento que mis palabras no alcanzan a explicar. Sólo os pido que la veáis, y que, si es posible, aguantéis la cordura, cosa muy difícil. No la veáis de golpe, sino en pequeños ratitos de 5 minutos.
Os dejo unos pocos videos, para que vayais calentando motores turcoespaciales.

Un duro entrenamiento para salvar el mundo....Con Indiana Jones de fondo?

Contemplad los mejores efectos especiales del mundo entero...

jueves, 1 de septiembre de 2011

Vida sin vida: días sin amor. Parte 3.

A veces cuesta ver que ella sigue su vida. A veces cuesta saber que le va mucho mejor sn mí. Es lo que toca,amigos, en esta vida. Unas veces te comes al oso, y otras...ya sabéis, el oso te come a ti.