Gente del mundo: químicos, bioquímicos, biólogos, biotecnólogos, científicos aburridos, curas, obispos, reverendos, rabinos y hasta Su Santidad. Escuchen atentamente. Lean con cuidado y atención.
Durante miles de años, eones, lustros, inimaginables cantidades de tiempo, la ciencia y la religión se han visto en un conflicto capaz de llegar a acabar con la vida de muchas personas. Una tensión que les llevo a ser conducidas por caminos inseparables, donde el hombre no podía plantear sus pasos si no era de acuerdo con uno de estos caminos. Evolucionismo o creacionismo, esa era la cuestión.
Mas llega el día en que un profeta, un elegido, un nuevo salvador, ha sabido como volver a unificar ambos caminos y proyectarlos directamente hacia el ser humano, para que siga su paso firme y con alegre caminar por estos senderos.
Para ello, he conseguido encontrar el verdadero significado a lo que se conoce vulgarmente como teoría endosimbiótica.
Repasemos.
Las mitocondrias son unos orgánulos con DNA propio, en forma circular, que se transmiten por parte de las madres.
Bien. Repasemos otro poco.
Dios creó a Adán y Eva, los primeros humanos que habitaron el mundo que ÉL creó. Pero Eva, confiando en una serpiente, que no era otra cosa que la encarnación de Satanás, mordió la manzana prohibida. Aquesta manzana, contenía el poder de la desobediencia, de la independencia vital del supremo, pero a su vez contenía el pecado original.
Es pues, cierto, que las mitocondrias se hallaban en gran cantidad en tal fruto prohibido, lo cual otorgó al ser humano la independencia metabólica de su Señor, el cual les aportaba energías diariamente para poder sobrevivir y disfrutar de la Creación. De este mismo modo, Eva, al morder la manzana y obtener mitocondrias, quedó impregnada del Pecado Original. ¡Es evidente! Las mitocondrias son EL PECADO ORIGINAL. ¿Quien si no transmite las mitocondrias a la descendencia? ¡La mujer maldita! Van ligadas una a otra.
Satanás vino al mundo en forma de serpiente para enviar a sus legítimos sucesores: las mitocondrias. Ellas encarnaban el pecado original, y perdura hoy entre nosotros desde aquellos días.
Las mitocondrias son el demonio.
Se ha dicho.
