martes, 24 de abril de 2012

Bye.

Hoy me he levantado, porque por desgracia para el mundo me sigo levantando por las mañanas, y me he dado cuenta de que es día 24. Ergo, sólo quedan 3 días para Los Vengadores.



Como lo prometido es deuda y un servidor cumple a su palabra siempre que la ocasión lo merece, seguiré actualizando cada día hasta que estrenen Los Vengadores. Haré la crítica si lo considero pertinentemente, y después, me pondré Ciego de Vacaciones. Dejaré el blog durante un tiempo que será tan ilimitado como a mi me apetezca. Así que estaréis varios días sin leer tonterías. Darme las gracias de antemano. Así pues, 3 días para desaparecer. Bon voyage! Y suerte. 

Larga vida y prosperidad.

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Llueve. Llueve de nuevo tan fuerte que arranca los árboles la tempestad. Mueve y agita los cristales de los edificios, que se tambalean al paso de la tormenta. Los jardines, destrozados, pierden sus más bellas flores. Camino en el temporal y veo las rosas mojadas, aplastadas en el suelo. Cojo una, tratando de salvarla de la corriente, y darle un nuevo hogar. Pero me pincho, y la suelto. El agua se la lleva, y por el camino se deshace, perdiendo sus pétalos y quedando reducida a un tallo verde....

Rosas. Tan bonitas como peligrosas. Puedes mirarla como quieras. Puedes ver la belleza de sus pétalos de color profundo, o puedes ver sus espinas clavándose en la piel y haciéndote sangrar. Liberando la sangre del mismo color que sus pétalos. Irónico, ¿no? La sangre y el color de los pétalos igual. Es lo que tienen las rosas. Tan bellas como dañinas. Pueden hacerte feliz un momento con sólo mirarlas, y pueden hacerte daño al cogerlas. Tan pronto sonríes como notas el dolor en ti. 
Rosas.


Nos veremos algún día en el infierno. Os estaré esperando sentado tranquilamente. Viendo como mi alma arde eternamente cada minuto, porque ya se que estoy condenado.



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