[....Envío una carta en una botella
O atada a una paloma mensajera.
Que la lleve quien la quiera,
y que la lleven como sea.
Mientras seas tú quien la lea.
Envío un mensaje en un grito,
un grito vacío, perdido,
palabras en el aire
desapareciendo en el olvido.
Pero cómo olvidarme
de ti, de encontrarte,
de hacerte llegar mi mensaje
con lo que te quiero,
con lo que te he querido.
Cómo de ti olvidarme.
Antes correré a buscarte,
A Dios pongo por testigo,
que no vacilaré un minuto
ni pensaré en pararme
hasta que esté contigo...]
OH, VOSOTROS LOS QUE ENTRAÍS ABANDONAD TODA ESPERANZA,
PORQUE OS ESPERA UNA ENTRADA LARGA DE COJONES...
A mediados de la década de los 90, las radios del mundo, pensaron que su importancia era nimia, cosa de nada, porque se iban a acabar pronto. El efecto 2000 estaba tan presente en la sociedad que las emisoras predijeron , equívocamente, por supuesto, que dejarían de funcionar y por ello se descuidaron. En esos años, las radios del mundo entero empezar a caer en picado, ya nadie les escuchaba, pensando que por culpa del ocaso tecnológico dejarían de ser útiles. Para los que venís tarde o no le distéis la misma importancia que yo al efecto 2000, que estuve toda la noche del año 1999 al 2000 mirando mi reloj digital inquieto por si dejaba de funcionar, os explicó que era.
El efecto 2000, o apocalipsis tecnológico, como a mi me gusta llamarlo, consistía en que, por el cambio de milenio, los aparatos digitales que tan de moda se estaban poniendo, no se habían adaptado a dicha nueva era, es decir, no estaban preparados para procesar datos a partir del año 2000. Así que volverían al 1900, petarían, y a la mierda la era tecnológica y el cyberpunk. Pero no pasó. Por más que miré mi reloj, por más que me perdiese las uvas por mirarlo, y por más que ahogase los segundos pensando "Ya está, se acabó, a la Edad Media de nuevo", no pasó nada. Quizá no pensase eso, porque tenía 7 años, ni me pasase tanto tiempo mirando el reloj. Quizá el efecto 2000 no consistía en eso. Quizá. Pero de lo que estoy seguro es de que las radios no tuvieron miedo tampoco. Pero es la única forma de justificar la entrada que continua. Gracias por leer. Seguimos.
Como decía, las radios, en declive durante los 90, comenzaron a resurgir a partir del año 2000, en el nuevo milenio, ya sin miedo de que dejaran de funcionar y su trabajo se hubiese ido al cuerno. Una pena. Y así fue como, con ese BOOM radiotecnológico, nuevas emisoras afloraron. Entre ellas una que hizo una campaña de anuncios bajo el lema "Salva la música" (SAVE THE MUSIC, en su inglés original)
Decidme quien no ha querido tocar así un piano alguna vez
Pero este no es el anuncio que yo quería. Era el de una vieja que cantaba a su perro mientras se le meaba encima. El perro a la vieja, digo. Y decían que salvase la música. Claro. Me hacía gracia porque no eran conscientes de su equivocación, por que (TEORÍA)
"Me he dado cuenta de que el mundo, en su plenitud, vive en una equivocación constante. Si os fijáis, auqnue tengamos razon, o creamos tenerla, mejor dicho, siempre vamos a estar equivocados, porque nunca sabremos la verdad de las cosas. Nunca sabremos nada sobre el mundo en sí ni sobre la humanidad y su existencia"
y en este caso, la equivocación era que, a esa señora que cantaba, seguramente te hablaría de la música de sus tiempos como algo glorioso. Te hablaría de Elvis, de Jerry Lee, Cash, de los Beatles, de los Pecos, Mocedades, Raphael o Salomé. Tanto a nivel nacional como internacional, la música era brillante. Y esa señora lo sabía, y lo vivió. Y nos reímos de ella. No sólo los ancianos, sino nuestros padres. Cuando escuchas una canción antigua, unos Bee Gees, unos Rolling, y tu madre te dice: "Uy, eso es de cuando yo era joven", y se le escapa una sonrisa, porque era música buena.
Pero, y cuando llegues tú, en el año 2031, y tu hijo esté escuchando Pitbull, Shakira, One Direction, o, que se yo, ElectroLatino, y pases por su lado, haciendo como que no escuchas nada, porque eso es lo que escuchabas de joven. Hablo en segunda persona, porque si yo tengo algun hijo y existe un Dios ingenuo que permita la reproducción por mi parte, no va a escuchar eso bajo mi mismo techo. Por seguro tened que se va a la puta calle bien rapidito.
Pero no hablo de eso. Hablo del hecho de que nuestra generación, tal y como anunciaba EuropaFM era la responsable de salvar la música. Y precisamente, nosotros, la hemos matado. Empieza ahora mi análisis crítico musical del nuevo milenio.
HEMOS MATADO LA MÚSICA.
Oye, que tampoco es algo nuevo. Es algo que viene sucedíéndose progresivamente desde hace ya tiempo. Desde que Chimo Bayo inventó el bakalao cañero y comenzaron a surgir imitadores por cualquier rincón a cada parte. Desde que el punk involucionó y se perdieron los cánones de la anarquía. Desde que el rock... bueno... El rock nunca murió. Pero si que se llevó unos cuantos latigazos. Con esta mierda de los modernos y la música indie cada uno hace lo que le sale de la polla, y dicen música hasta golpear un baldosín del suelo con un puto bolígrafo sin tinta. A eso me refiero con la muerte de la música...
Chimo Bayo, héroe nacional
Y el prototipo de sus seguidores
Recuerdo, hace tiempo, quizá en otra vida... Aquellos días calurosos de verano, en el coche, horas interminables, mirando inquieto más allá de la ventana, porque al otro lado mi hermano dormía como un ceporro sin hacerme ni caso, mientras mi madre decía "Pero este chico no se va a dormir nunca", y escuchar la radio. Parar en una gasolinera y comprar unas galletas, una botella de agua fría y una bolsa de patatas. Ahi se despertaba mi hermano, y nos poníamos a comer. Puede ser que comprasemos tambien un casette en la gasolinera, o puede que lo trajeramos de casa ya. En aquel entonces se escuchaba la música en casette, en cinta, que se decía vulgarmente. Los CDs... bueno, estaban llegando. El MP3 era como hablar del comunismo o peor.
Y cuando la música en verano se escuchaba en cinta, las canciones eran pegadizas. Quién no compró alguna vez unos éxitos del verano, un Playa Total, que escuchaba una y otra y otra vez incesantemente hasta saberse las canciones y los bailes de memoria.
Hasta que llegó el CD, el más famoso Disco Estrella, el disco que esperabas en cualqueir chiringuito en la playa a que pasase un negro vendiendo CDs pirata y comprárselo, aunque se escuchasen la mitad de las canciones. Así ya tenía algo de qué quejarse tu padre.
Esos CDs eran el espíritu de la música. Eran todo. Tenían todo tipo de canciones, que gustaban, que no, que se bailaban más, menos. Y la vida era como un verano constante. Musicalmente feliz... Hasta el ocaso. Hasta que llegaron ellos y ocuparon las portadas y contraportadas de estos CDs y cassettes, y eliminaron el resto de la ecuación. Hasta que llegó...
Y con ellos, el MAL.
Y hay que reconocer que al principio nos encandiló a todos, y le dimos el visto bueno. Unos muchachos cantando canciones de famosos, ¿quién no ha jugado a ser grande alguna vez? ¿Qué daño nos iban a hacer?
(Por favor, poner el video con la música mientras leéis, que queda más trágico)
Pero poco a poco se llevaron el mercado. Porque al fin y al cabo, eso era. Una industria. Y cuando OT monopolizó el mercado, la música, en España, llegó a su fin. Artistas que años antes habían sido seguidos por masas, como Raul, David Civera, Sonia y Selena, y tantos otros, Los del Rio y la Macarena, me atrevería a decir, se vieron eclipsados por esos muchachos inocentes que todo lo querían para ello.
Paco y los Electrónicos desplazados de los pueblos y de las fiestas, en las que dejaron de escucharse los clásicos de la historia musical, como Manolo Escobar, la Ramona, el Fary. Lo que era la música de verdad... ¿O eso tampoco era música buena, y no es que la estuviesen matando, sino clavando los últimos clavos sobre un ataúd que llevaba años ya cerrándose? Pues no, coño, no. OT mató la música, porque joder, esas cosas que sonaban, como digo, en las fiestas de los pueblos, que suele ser el ejemplo más representativo para el territorio patrio, era lo que merecía la pena.
Raúl, para los nostálgicos...
Y la inmortalidad en forma de canción...Gracias, Fernando Esteso. El mundo debería darte las gracias.
Luego llegaron los niños, ocuparon el mercado como ya digo, y se perdió la esencia del triunfo real. La superación personal. Las metas en la vida. Pusieron fin a la historia del músico que comienza en los barrios bajos haciéndose un pequeño huequecito poco a poco hasta triunfar en el panorama y volver a casa con las braguitas mojadas de una fan enfervorecida. Se impusieron ante todo tan silenciosamente, que les dejamos. A ellos, y a sus sucesores, y a los que vinieron después. Y a todas las que vinieron después. Tened cojones a decirme que no era un regimen totalitarista cuando el representante de Eurovisiçn salía de allí si o si.
A cada cual, más cara de capullo
Que bueno, vale, la primera generación era algo curioso. Diferente. Pero luego la dictadura musical impuesta por ellos erradicó todo tipo de esperanza en músicos como yo, que me vi frustrado en aquella otra vida a dejar todo lo referente a una partitura y volcarme en cuerpo y alma a mis estudios, viendo así frustrada mi vocación desde niño de triunfar sobre un escenario y convertirme en una estrella del rock. Como Tom Cruise, que llegará en la tercera edición.
Telita, guapo, la que te va a caer...
Pero como me remitía a Eurovisión hace un momento, os adjuntaré la participación de España que analizaremos en la tercera y última entrada musical, para que os hagáis una idea de la debacle que supuso Operación Triunfo para la música nacional.
Estos jóvenes destruyeron la música vilmente, cruelmente, sin piedad, como fieras repletas de ansias de sangre. Y luego, la mayoría, desaparecieron, dejando en su breve rastro una serie de bazofia musical que, a continuación, podéis disfrutar en vivo y en directo, en lo que debe ser conocido como la comercialización más puta de la música. Porque si algo había en OT, eran putas. Prostitutas, por doquier. Hombres y mujeres. Vean, vean.
La canción que luego se convirtió en un anuncio de las Pringles.¿Comercial? Que va
Natalia, de OT. La más puta de la Academia. Presentadora del Megatrix actualmente. Así educáis a vuestros hijos....
O los que acababan poniendo canción a una serie porque no les daban ni para cantar en un karaoke
Que os esperábais con las mierdas de versiones y las meteduras de pierna que hacían, coño.
Hasta la debacle final. Que fue Rosa de España. Alguien, en su sano juicio, por favor, representante de este colectivo, me puede explicar POR QUÉ COÑO MANDAMOS A UNA GORDA ANDALUZA CANTANDO EN INGLÉS A EUROVISION PARA REPRESENTAR A ESPAÑA??
Si ya de por si la canción era una puta mierda... Nos tenían que haber expulsado directamente...
Lo contenta que se la veía a la muy zorra desprestigiando a un país. Yo que voté a Bustamante... ¿Qué ha sido de ella ahora? Porque esa es otra. La gente esta, de todo, menos música ha llegado a hacer. Mirad a Chenoa, chupandole el rabo a Vaquerizo y a Sobera en el programa ese que sale borracho Santiago Segura porque no lo aguanta ni Cristo clavado en la cruz. Natalia, la putita del Megatrix. Y ya, porque los demás desaparecieron. Quitando a Bisbal y Bustamante, que si supieron ganarse la vida con estas cosas de la música...
Como se flipa, joder...
Esto no tiene perdón de Dios...
OJO, QUE SEGUÍAN HACIENDO MIERDAS ENORMES TAMBIÉN. Digna de la entrada de versiones españolas que destruyen canciones... (1:40 por favor.)
Y cuando los CDs piratas de OT ya no servían ni para que tu padre los colgase de la pared y espantar las palomas, se supo que había llegado a su fin. Bueno, yo lo supe. El resto de España no. Por eso se sigue haciendo. Pero lo que iba a decir. Cuando se destapó el embrollo y el monopolio que se traían, lo suyo sería que ya, una vez el mundo musical tocó fondo con la película que les hicieron, tendría que empezar a resucitar.
Pero nada, eso para qué. Una vez se convirtió eso en algo más sucio que los pretodólares, todo el mundo quiso sacar partido a la música. Y como ya se vió que daba dinero y engañar a la gente por la tele funcionaba, llegó el día en que sólo se podía ser famoso musicalmente si salías por la tele.
NEXT, on Ciego de Palomitas,
LA MUSICALITÉ (III): Músicos en serie. Peor que los asesinos.
No mientas que sólo os sabéis la primera estrofa ...
AHORA SI QUE LLEGA EL APOCALIPSIS....
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Y perdón por insultar a Pitbull antes, que él si que hizo algo bien: