[....Una noche cualquiera en un bar, donde corre la cerveza como cae el agua en un día de lluvia. Una y otra y más y esto es un festival, y cubos vienen y cubos van. No sabes cuántos porque ya no puedes contar. Has bebido demasiado, pero eso no importa ahora, ni siquiera a la dueña, impresionado diciendo que nos hemos bebido medio bar cuando viene a recoger la mesa. Pero que no pare la fiesta, por Dios, que la noche es joven e inquieta, y la camarera parece saber de qué va la cosa cuando se invita a otra ronda, y luego invitas tú, o invita alguien más. Tanto dará. No nos importa de donde venga la bebida mientras calme nuestra sed y nos de fuerzas. Y tampoco importa sacarse la polla o sacar un clarinete, la cuestión es tocar, y no mirar más allá de nuestra mesa, porque ese mundo no nos interesa lo que suene por allí. Nuestro lugar en el mundo es donde estamos sentados, y maldecimos, gritamos y nos peleamos exaltando la amistad. Una camiseta se rompe, pero da igual, porque aunque estemos a hostias, somos una hermandad, que sin darnos cuenta, estamos escribiendo nuestra historia, forjando una leyenda a partir de una noche cualquiera. Y dónde estamos y dónde acabaremos si seguimos este trajín.
Y sales a tomar el aire fuera, cuando se te corta la respiración. Un guiño de ojo y la besas. ¿Y ahora qué? Seguimos en la guerra, que esta batalla era la primera, y volvemos dentro del bar. Pero amigo, lo que es la vida, así de perra, que nos van a cerrar y se nos jode la juerga. Qué más quisieran, que algo abierto quedará. Y así fuera que los Dioses del Olimpo quieran, que no nos vayan a parar, y las puertas bien abiertas nos reciban en otro lugar. Por muchos años siga esta fiereza, como la fiera que tengo a mi vera, que no dejaré escapar, pues no la soltaré ni por buena cerveza, ya que prefiero una buena damisela en esta vida ante cualquier otro placer. Y la noche que se acaba y se va gastando la luna y su esplendor. !Qué poco nos queda para que salga el Sol!
Adiós, Luna, fuiste buena compañera. Adiós cerveza, fuiste un buen beber. Adiós, camaradas, que esta noche estuvistéis bien. Adiós, princesa. Nos volveremos a ver.
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