domingo, 2 de septiembre de 2012

Abraham...Lincoln.


[Sabed que el mundo está cambiando, porque gira muy deprisa, y nosotros estamos metidos en el ajo. No somos el sudor frío de Jack, no somos mercenarios ni bandoleros. No robamos a los ricos y se lo damos a los pobres. No robamos a nadie, ni quitamos nada. Solo cogemos lo que es nuestro. Somos terroristas de lo cotidiano, destructores de lo ajeno. Nosotros somos los perversores de cuerpo y alma. No nos importa nada. No creemos en un cielo libre de pecado, porque estamos todos condenados a acabar en el infierno, ardiendo hasta el final de los tiempos. La felicidad no es más que una iñusión efímera, un engaño de nuestro propio mundo amargo del que vivimos esposados, esclavizados a la decadencia perpetua...]



Amigos, estamos de vuelta. Y en qué hora. Volvemos a este rico mes de Septiembre, que ya os contaré otro día en qué consiste. Porque hoy vengo indignado. Cabreado. Vengo, vengo...que ni vengo. Que ya ni se que es lo que digo. Veamos, humanos, que vamos a hacer un tutorial de diferenciaciones de esos que tanto me gustan:

Esto, es un buen presidente. Abraham Lincoln, en su esplendor, su memorial en Washington D.C. El otro soy yo, pero eso no cuenta. Abraham Lincoln, un hombre poderoso, padre de todos, padre de muchos pueblos, un salvador del mundo. Un libertador histórico. Luchó por la justicia, y defendió los valores del bien, y aún llevando a cabo una de las guerras más sangrientas de la historia, que la vida de muchos costó, consiguió liberar a los Estados Unidos de la esclavitud, representando así la libertad y su gran inicio en el mundo. Abraham Lincoln. Y además, tenia una barba muy chula.




Esto, amigos, es un buen libro. Abraham Lincoln: Vampire Hunter, escrito por Seth Grahame-Smith con su propia sangre porque no existía tinta para escribir algo tan cojonudo. Un libro que relaciona la historia de los Estados Unidos, la vida de un Presidente y sus escarceos con el ocultismo, las artes oscuras y su presunta homosexualidad, y la caza de vampiros. Un trabajo maravilloso. Un libro que enamora.


Y esto que viene amigos, es uno de esos neo-clásicos de MIERDA, porque yo los califico así. Una de las decepciones del siglo XXI. Si bien Los 4 Fantásticos post-Roger Corman fueron uno de ellos, hay otros en la lista como El Planeta de los Simios del gilipollas ese del que hablaré a continuación y que tanto os gusta y tanto odio yo, o Linterna Verde, entre un sinfín más, como el reciente fichaje de Amazing Spiderman.


Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros 
(Abraham Lincoln: Vampire Hunter, Timur Bekmambetov,2012)


Antes de todo, de empezar a girar la cabeza como la niña del exorcista, me gustaría hacer un inciso necesario para que todos, todos vosotros, deplorable escoria humanitaria, me déis la razón que me corresponde. En la parte de más arriba del póster de la película, pone un nombre, de un director-productor-proxeneta que no pienso nombrar porque está en la lista maldita de Ciego de Palomitas. Creo que podéis observar de quién se trata, íntimo amigo mío, al que todos le coméis los huevos con sus películas de modernos. Bien, dicho esto, se confirma mi teoría de que, no sólo su carrera está en clara decadencia, sino que es la antítesis del Rey Midas, y todo lo que toca lo convierte en mierda, y lo pudre hasta el extremo de lo absurdo. Quede claro. Ahora, vamos con la película y dejamos a los tontos con sus tonterías.



Tápate la cara, chaval, que con la mierda que has hecho te van a caer una de hostias...



Este largometraje, que descalifico como película, al igual que Los Enanos y Amazing Spiderman, trata de contar la vida de Abraham Lincoln en función de un diario secreto de su juventud y edad adulta previo  a la Presidencia, donde contaba que era cazador de vampiros. Bueno, supongo que siguiendo una línea temporal correcta, debería darse una progresión lógica, con conexiones y eso espacio-temporales. Pero no. Este demacrado director responsable de mierdas auténticas como Guardianes del Día y Guardianes de la noche, y de flipadas sin sentido como Wanted, no tiene nociones básicas para montar y dirigir una película. Más que nada porque todo va a toda hostia, y en 15 minutos tienes la sensación de haber visto 7 películas sin enterarte de una mierda de lo que ha pasado, recurriendo a los cortes bruscos en las escenas para enganchar con la siguiente haciendo que todos los diálogos queden a medias y, por ende, no saber que carajo pasa.



Vampiros tuneados. Porque ahora ya tienen que mutar por cojones.



Transiciones temporales alocadas en las que vemos en la primera escena a Abe Lincoln de niño, defendiendo a un amigo negro suyo, que luego, milagrosamente, por facebook o algo le encuentra y se convierte en su mejor amigo y consejero presidencial, y la muerte de su madre a manos de alguien que no se sabe que es, hasta que por un casual nos enteramos tiempo después que es un vampiro, y, oh, vaya, aparece Henry Stutges, su mejor amigo, y le cuenta que hay que cazar vampiros. Porque debe estar de moda o algo así. Y bien, esto, que es un párrafo, y 2 escenas seguidas en la peli aproximadamente, abarca la infancia lincolniana, desde los 6 años más o menos, hasta que tiene ya sus veintypico y está hecho un hombretón.  Así, todo rápido y directo, sin rodeos. Pa qué?


Va, venga, te pego y nos vamos a otra, que esto va con prisas.




Y esta rapidez en la película, similar a The Room, de Tommy Wiseau, se compensa, como no, con DIÁLOGOS ABSURDOS. Debía ser otra moda de la época decir el nombre de pila al presentarse,y dejar un par de segundos de suspensión y misterio hasta decir el apellido. Rollo: Me llamo Abraham...(Wait for it) LINCOLN... Absurdo. Puede ser, quizás, un efecto de énfasis y emoción, igual que el clásico de repetir palabras. 



Y así matando dos pájaros de un tiro, no le deis dinero a esta gente. Porque se gastan todo en putas y canapés ricos para el rodaje y pasan de hacer la puta película. Y así pasa, que he visto digitalizacionesde Asylum y efectos especiales en Pocoyó mejores que en esta vergüenza cinematográfica. Caballos digitalizados y peleas sin sentido de un vampiro tirándole un caballo a Abraham Lincoln, que por algun casual, es capaz de recibir el impacto directo de un caballo lanzado por un vampiro y recuperarse para seguir saltando de caballo en caballo y peleando en lo que debió ser la mayor estampida de caballos en América, tras liberar una granja con todos los caballos del continente. Putos caballos. Os odio.





Lo que véis en la última foto aparentemente es Abraham Lincoln mirando su hacha. Pero no. No es un hacha cualquiera. Es un hacha-escopeta. Porque puede disparar. Y llegado un momento de la pelicula, el universo se repliega sobre si mismo y se convierte en un hacha-escopeta-bayoneta. ¿Decías, McGyver? De ahí que la mire con ese asombro....


Resalta también la poca importancia que le dan a los personajes, que van apareciendo y desapareciendo sin ningún sentido, en plan Mercenarios. Vienen y van, van y vienen, y les suda los huevos si mueren o viven. Hay algunos, como Jefferson Davis, que en teoría, dado que fue el Presidente de los Estados Confederados, debería tener un poco de importancia, que ni siquiera se presentan al salir. Porque no sólo se pasan por ahí a los personajes, totalmente planos, aburridos y forzados, llegando al nivel de sobreactuación de una serie de televisión, sino que el argumento tampoco parece tener una importancia relevante en la película. Sabes que Abraham Lincoln esta por ahí estudiando para abogado, cazando vampiros, y luego, por algún casual,  es Presidente, lo cual conlleva que le salgan unas orejas enormes parabolicas y una barba de pega, que parece que se le va a caer en cualquier momento. Lo dicho, se gastan la pasta del maquillaje en putas y así pasa... Así pasa...

Eh Henry, vamos a mirar allí como si hubiese algo interesante...


¿Podría ser peor? Pues claro. Aparte de sumarse a la tendencia de poner una banda sonora asquerosa muy alta y la voz de fondo muy bajita para que no se entienda una basura de lo que hablan, recurren al maravilloso toque de autor, idea, con total seguridad de aquel ilustre director que tanto os gusta responsable de matar las películas y producir criminalidades. Ese toque de autor que consiste en repetir escenas. Como. Os. Odio. Supongo que firmaron que la película les durase 105 minutos o así, y como se quedaron en 90 y tantos, de vez en cuando, para rellenar, como Homer haciendo el artículo de prensa incluyendo "Joróbate,Flanders", ponían a Abraham Lincoln haciendo girar el hacha. Y como el dinero de la peli, como ya he dicho, se lo habrían gastado en cocaína y LSD para alucinar con la mierda de peli que han hecho, pues tienen que grabar una escena y repegarla porque no tienen para rodar otra parecida. Muy bien, campeones. 

¿Has visto, nigger? Que bazofia de pelicula...


Junto a semejante cúmulo de putrefaccion, aparecen otros detalles que llevan a que el cerebro de te un vuelco. Abraham Lincoln siempre se caracterizó por su sombrero gigante. Pero lo que no se sabía es que estaba reforzado de Vibranium, Adamantio, Acero y sabe Dios que complejas aleaciones de metales para que aguantasen una persona sobre él. De hecho, estoy seguro, que en el discurso de Gettysburg en la vida real, pasó de atriles y maderos y se subió en su propio sombrero para arengar a las tropas. Y cómo no, no podia ser menos que esta otra tendencia de mandar a la mierda la identidad secreta también le pasase a Abe con su rol de Vampire Hunter, confesandole a su novia lo que hace por las noches. Señora, no se haga usted la ofendida al leer el diario, porque se lo dijo al principio de la película. Válgame Dios. Y por último, pero no menos creíble, tenemos que darle el premio honorífico a Benjamin Walker en el papel de Abraham Lincoln por el peor "NO!" dramático y más forzado de la historia. Muy bien hecho, campeón. Muy bien hecho.

¿Estoy sobreactuando bien?


Llega el momento en la vida de un ser humano en que llegas al cine a ver una película y cuando resulta ser una mierda enorme y olorosa plasmada en una pantalla gigante para ver los trozitos de comida que no se han digerido bien aumentados, en vez de cabrearte o indignarte, te la tomas como el pito del sereno, la destripas sobre la marcha y termina pareciendote la película más divertida de la historia. No se yo, pero por Guión, Dirección, PRODUCCIÓN (Sobre todo producción, que ya va siendo hora de que le den la patada en la boca a ese hombre que tanto se merece), Actuación, Efectos especiales, montaje y tal, se van a llevar más nominaciones a los Razzies que Stallone, que se los llevaba a pares. Amigos, amigas, Ed Wood legó su obra a Uwe Boll, considerados peores directores de los tiempos. Y sin duda, sálvese quién pueda, el título está a punto de cambiar de manos... Timur, bienvenido al Olimpo de los Fracasados Engloriados.

Venga va, cerramos la entrada con una foto epiquísima después de la escena más sin sentido de la historia



Pero no vuelvas a dirigir nada en lo que te queda de vida, o me encargaré personalmente de arrancarte las manos para que no vuelvas a coger una cámara y sustituirte los ojos por dos canicas de barro por destruir un libro tan cojonudo y maltratar la vida de un Presidente tan genial como fue Abe Lincoln, que de ver lo que han hecho con su vida en esta película resucitaría y se iría al teatro para ver si le cosen a balazos otra vez, o si el asesino se anima a autoinmolarse después de ver semejante truño en 3D, que luego será peor cuando salga en Blu-Ray con 196 minutos extra, como suele pasar.


Amigos, no veáis esto. Nunca. O vedlo, sólo para darme la razón. 



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Pero por suerte, lo que tenéis que ver es Juez Dredd.




Esta no, que es la de Stallone cuando se hizo el Rey del Anti-Óscar, en sus mejores sobreactuaciones y concretamente, esta escena, en la que no se entiende una sola palabra de lo que dicen. Lo que tenéis que ver es la hora del juicio que llega...



DREDD: Juez, jurado y verdugo...

Próximamente...

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